17.1.07


Camino a casa y mientras, juego con los diseños de las baldosas de las veredas. No dejo de pensar en como voy a encontrar mi hogar dulce hogar, después de tantos días de viaje. Eso tienen los viajes, uno cierra la puerta de casa tras de sí y es como que el tiempo se detiene ahí adentro, como si se hiciera una pausa en la cotidianeidad de nuestro tiempo espacio y se lanzara a vivir aventuras por el mundo, aveces salvaje, aveces misterioso, desconocido, impactante, cautivador, conociendo todo tipo de personajes, en todo tipo de situaciones, por momentos uno se "anglosajonea", orientaliza, se vuelve un coya en el altiplano, un pingüino en el Atlántico sur y al cabo de un tiempo de experimentar esas emociones nuevas, vuelve a casa, y al abrir la puerta se encuentra, con ese último segundo que dejó como pendiente, la taza con el último sorbo de té sin tomar sobre la mesa, al lado del espejo de mano, los almohadones apilados sobre el sillón que quedaron de la última noche, después de haber estado mirando una película y así se va topando con un camino de rastros de nuestro pasado-hogareño-interruptus...
...falta media cuadra para llegar a casa, esta caminata previa al reencuentro con mi hogar me ambientó y pienso que fue hermoso el viaje de exploración de nuevos lugares, pero esto que siento, es lo que seguramente siente un marinero cuando retorna a casa, mientras juega con los diseños de las estrellas en el cielo...

1 comentario:

Anónimo dijo...

hey, que pasa que este dibujo no puedo verlo en el blog? eh? eh? eh?